Como ya ocurrió hace más de ocho siglos, los franciscanos y los dominicos nos unimos para celebrar el don de la fraternidad y a nuestra Madre la Iglesia.
En palabras de las propias hermanas dominicas, esperamos que hayan más encuentros y que sirvan para dar mayor gloria a nuestro Señor.
"Santo Domingo encontrándose con san Francisco exclamó: Tú eres mi compañero, tú caminarás conmigo, estemos juntos y todas nuestras empresas se realizarán por la fuerza del Todopoderoso".